Antes de todo, y como nota “muy importante” debemos saber si estamos dispuestos a que nuestra Pug sea mamá, ya que es una tarea muy complicada y laboriosa. No sólo en el parto, que de por sí es complicado, sino también en la monta y la gestación de nuestra Pug ya que deberemos prestar muchas horas de nuestro tiempo.

Si ya estamos decididos a que nuestra Pug sea mama, lo primero que tenemos que hacer es buscar un Pug para ella. Siempre debemos buscar un macho que esté sano, es decir, que no tenga ninguna enfermedad genética o tara hereditaria que pueda poner en peligro el ciclo de vida del futuro o futuros cachorros, como por ejemplo que tenga displasia, problemas de rótulas, esté ciego, etc,… El macho se debe de buscar con algo de antelación por si a nuestra carlina se le adelanta el celo, también deberemos de tener buscado a otro macho por si el primero falla.

Cuando le venga el celo a la Pug, debemos estar atentos para saber cuando es su segunda etapa (el estro) mencionado anteriormente.

Normalmente el lugar que se elige para la monta es en el territorio de la hembra, pero hay muchas hembras que son muy posesivas y territoriales, y no se dejaran montar por el macho. En este caso siempre es mejor que la Pug se lleve al territorio del macho, así estará mucho mas sumisa para la monta.

monta

Una vez ya están los Pugs preparados y en el territorio elegido, en su primer encuentro primero tienen que conocerse. Se olisquean, juegan, se lamen… hasta que la hembra deja al macho que la monte. En este momento el macho saca el pene y penetra a la hembra. Después de unos instantes el macho se baja y se da la vuelta de modo que los dos carlinos quedan cola contra cola. En este momento es conveniente sujetarles para que no tiren mucho ya que se pueden hacer daño mutuamente en sus genitales. En este momento el pene ha ensanchado por eso “quedan pegados” y es cuando se produce la eyaculación. Este proceso puede durar aproximadamente 15 minutos, auque cada Pug es distinto y este tiempo puede variar de 5 a 45 minutos.

Después de esto el pene volverá a su estado normal (bajará su volumen) y los Pugs ya se podrán separar.

En algunos casos puede ocurrir que el macho sea inexperto, y le tendremos que ayudar poniéndolo encima de la hembra y sujetando a ésta, pero “nunca” forzando a la Pug ya que le podríamos producir un trauma psicológico.

Escrito por Jessica Pérez Guerrero

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *